Bienvenido querido Egg Yolker, disfruta de este artículo sobre Tania Aimar
Hoy ha sido un día lleno de paz y belleza mientras exploraba los exuberantes paisajes del Jardín Ritsurin en Takamatsu, Japón. Os llevaré conmigo a través de esta experiencia de calma y serenidad.
Desde la mañana temprano, me sumergí en la belleza natural del Jardín Ritsurin, caminando por senderos bordeados de árboles frondosos y lagos tranquilos. Cada rincón revelaba una nueva sorpresa, desde puentes de piedra hasta elegantes pabellones.
En Puente de Kikugetsu-tei, un pintoresco puente que cruza sobre un estanque, Cruzando el puente con gracia, con el reflejo del cielo en el agua y una sonrisa de serenidad.Por la tarde, me sumergí en la atmósfera tranquila y contemplativa de los santuarios del Jardín Ritsurin. Desde el antiguo Santuario Suiho hasta el sereno Templo Kikugetsu-tei, cada visita fue una oportunidad para reflexionar y encontrar paz interior.
En Templo Kikugetsu-tei, un pequeño templo ubicado en una colina dentro del jardín, De pie frente al templo, con las manos juntas en señal de respeto y una mirada de tranquilidad.Al caer la tarde, me dirigí al punto más alto del Jardín Ritsurin para disfrutar de la vista del atardecer sobre los exuberantes paisajes. Con el sol tiñendo el cielo de tonos cálidos, me tomé un momento para agradecer por la belleza de la naturaleza y la tranquilidad del lugar.
En Mirador Marugame, desde donde se puede apreciar una vista panorámica del jardín y la ciudad de Takamatsu, De pie en el mirador, con el sol poniente como fondo y una sensación de gratitud en el corazón.Ha sido un día maravilloso explorando la serenidad y la belleza del Jardín Ritsurin en Takamatsu. Espero que hayáis disfrutado de esta experiencia tanto como yo. Recordad siempre encontrar tiempo para conectar con la naturaleza y nutrir vuestra alma con su belleza. ¡Hasta la próxima aventura, queridos viajeros!